Desde que se ubicó en la cabecera norte del Martearena, antes del pitazo inicial, recibió el clásico canto por parte de los hinchas de Central. “Que lo vengan a ver, que lo vengan a ver, ese no es un arquero, es una puta de cabaret” , entonaron los Azabaches. Maino trató de ignorarlos.
Pero fue imposible para el rubio santafesino, quien luego fue blanco de varias bolsas con orín y agua que le tiraron desde la popular. Y no fue una o dos bolsas, fueron como veinte.
Los hinchas Cuervos le hicieron la vida imposible en casi todo el primer tiempo y hasta le colgaron una bandera que rezaba: “El amor no se vende, Maino forro”.
El exguardavalla Cuervo también soportó la silbatina en un par de ocasiones durante la primera etapa, y recibió más. Luego del segundo tanto de Berdún, los hinchas de Central lo alentaron con el famoso “olé, olé olé, Maino, Maino”. Fue toda una ironía.
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