Tal como sucedió ante Central Córdoba (el Azabache remontó aquella vez un 1-3), los corazones Cuervos explotaron de adrenalina, bronca y sufrimiento y apareció un “bombero” salvador para apaciguar las llamas del descontento. Juan Manuel Perillo, el cuarto delantero en la jerarquización del DT Jorge, volvió a ser clave desde el banco y “mojó” en el primer balón que tocó. Otra vez el técnico dio “en la tecla” con el cambio y el 9 -ingresó por Felipe- le sacó la mufa al local mandándola a guardar tras un centro de Oga y un buen gesto técnico de Noir. 25 minutos le bastaron al oportuno goleador para torcer el futuro del Cuervo, antes de retirarse por lesión.
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