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| Omar Jorge |
Sereno y mesurado, pero con la adrenalina del partido en la piel por una producción colectiva de su Central Norte opaca y deslucida, más allá de un empate con tintes de hazaña, el DT Omar Jorge no se puso el “casette” a la hora de declarar luego del encuentro ante los santiagueños.
“Si no rindo como técnico, me tendré que ir”, lanzó sin vueltas el entrenador en el inicio de su alocución, para luego bajar los decibeles y calmar las aguas. “Pero tengo experiencia en esto y trataremos de hacer las cosas bien para revertir la situación. La gente tiene que entender que tratamos de hacer las cosas bien y hemos hecho todo para revertir la situación, fueron unos errores al principio que nos encontró dormidos y no podíamos revertir la situación. Una pelota parada y después errores infantiles que lo cometimos en todo el proceso de entrenamiento”.¿Por que la linea de tres? “Porque creí que Fabio me iba a aportar más. Probé porque los partidos que jugamos terminamos jugando así y me gustó. No fue problema táctico, sino que anduvimos mal con la pelota y perdimos todos los rebotes y cinco pelotas que le permitió crecer al equipo rival, donde nos agarraban de contragolpe y parecía que estabamos mal parados, pero fueran entregan tontas nuestras. Contabilizamos 20”.
“La gente quiere ganar, pero me sorprende que hay algunos que no son hinchas de Central, porque no puede ser que en el primer tiempo estén insultado jugadores. Hay que darle la oportunidad de revertir la situación y después que termine el partido pueden decir lo que quieran. Esos no son hinchas, es gente que no siente la camiseta de Central, para mi son infiltrados. Si me dicen que esas personas quieren al club es una mentira o hay interesas creados que juega algún jugador pero me tiene sin cuidado".
El gran acierto de Omar Jorge estuvo en su convicción para apostar por un delantero que venía relegado. Al DT no le tembló el pulso a la hora de sacar al goleador del equipo y jugársela por Juan Perillo. Este le respondió con creces, al marcar los dos goles del empate del final.
El Cuervo se vio superado casi todo el partido por un rival más práctico, ágil, que lastimó cuando quiso y que le sacó años luz en cada contra. Los tres goles derivaron de garrafales errores defensivos, y el tercero, de un córner a favor del Azabache.
“Si no rindo como técnico, me tendré que ir”, lanzó sin vueltas el entrenador en el inicio de su alocución, para luego bajar los decibeles y calmar las aguas. “Pero tengo experiencia en esto y trataremos de hacer las cosas bien para revertir la situación. La gente tiene que entender que tratamos de hacer las cosas bien y hemos hecho todo para revertir la situación, fueron unos errores al principio que nos encontró dormidos y no podíamos revertir la situación. Una pelota parada y después errores infantiles que lo cometimos en todo el proceso de entrenamiento”.¿Por que la linea de tres? “Porque creí que Fabio me iba a aportar más. Probé porque los partidos que jugamos terminamos jugando así y me gustó. No fue problema táctico, sino que anduvimos mal con la pelota y perdimos todos los rebotes y cinco pelotas que le permitió crecer al equipo rival, donde nos agarraban de contragolpe y parecía que estabamos mal parados, pero fueran entregan tontas nuestras. Contabilizamos 20”.
“La gente quiere ganar, pero me sorprende que hay algunos que no son hinchas de Central, porque no puede ser que en el primer tiempo estén insultado jugadores. Hay que darle la oportunidad de revertir la situación y después que termine el partido pueden decir lo que quieran. Esos no son hinchas, es gente que no siente la camiseta de Central, para mi son infiltrados. Si me dicen que esas personas quieren al club es una mentira o hay interesas creados que juega algún jugador pero me tiene sin cuidado".
El gran acierto de Omar Jorge estuvo en su convicción para apostar por un delantero que venía relegado. Al DT no le tembló el pulso a la hora de sacar al goleador del equipo y jugársela por Juan Perillo. Este le respondió con creces, al marcar los dos goles del empate del final.
El Cuervo se vio superado casi todo el partido por un rival más práctico, ágil, que lastimó cuando quiso y que le sacó años luz en cada contra. Los tres goles derivaron de garrafales errores defensivos, y el tercero, de un córner a favor del Azabache.
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