4 jun 2013

El sueño de un pibe a puro sacrificio

El pibe Franco Barboza junto a sus entrenadores
Con solo escuchar su saludo, ya se evidencia la presencia de un joven diferente, con otra mentalidad, distinta a la de los chicos de su edad. La responsabilidad y la determinación son sus principales características y hacen que resalte sobre el resto de sus compañeros, en las inferiores de Central Norte. “Es un chico distinto, tiene un gran futuro”, aseguran sus entrenadores. Franco Barboza tiene trece años y es jugador del Cuervo, vive en Rosario de Lerma y todos los días toma cuatro colectivos para cumplir con los entrenamientos. Es buen alumno y tiene muy en claro su objetivo: prepararse y sacrificarse para ser futbolista.
“Desde que llegué aquí sentí que este es mi futuro. Yo quiero ser jugador de fútbol y aquí me están preparando para que pueda serlo. No sé si mis profesores serán los mejores de Salta, pero yo lo siento así y tengo mucha fe en que nos van a ayudar a llegar”, fue lo primero que dijo Franco, al ser consultado acerca de ese famoso interrogante sobre ¿qué querés ser cuando seas grande?
Pero, ¿por qué en Central Norte y no en Massalin y Celasco, Juventud Unida u Olimpia Oriental, los equipos de Rosario de Lerma? La respuesta del jugador fue contundente: “Mi papá me pintó en el pecho desde chiquito para que sea hincha de Central Norte, yo aquí soy feliz y sería un sueño hecho realidad jugar en la primera”.
La rutina de Franco aparenta ser la de una persona de más edad, porque él mismo asume sus propias responsabilidades: “Yo me levanto a las seis, junto a mi papá, y desayuno para ir al colegio. Al regresar, almuerzo y enseguida nomás tomo el colectivo para venir a la ciudad y después desde el centro hasta el lugar de entrenamiento. Regreso a mi casa, hago los deberes y ya me acuesto para volver a empezar”.
Capitán en su división, Franco explicó su experiencia desde que lleva la cinta: “Es un orgullo para mí ser capitán, me gusta apoyar a mis compañeros para que siempre demos todo y no discutamos”.
Las dificultades también estuvieron presente en esta búsqueda de su sueño, el pequeño jugador contó que una de las ocasiones que le costó superar fue el cambio de puesto que tuvo que atravesar: “Jugaba de volante por derecha, pero hace poco me cambiaron a marcador central; al principio lloraba por eso, pero ahora agradezco que me hayan cambiado”.
Hay que destacar que, además de su responsabilidad y sacrificio, el apoyo y la contención familiar siempre están presentes, convirtiéndose en el aspecto más importante para este chico, como debería ser para todos.

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